lunes, 5 de octubre de 2015

El manicomio

Cuenta la leyenda de un antiguo hospital de Alcázar de San Juan que mucho antes de ser el simple hospital de la ciudad era un manicomio, esta leyenda la saben muy pocas personas ya que esto ocurrió hace un montón de años.

En aquel manicomio había un hombre encerrado llamado Joaquin, aquel hombre había sido encerrado porque decía que escuchaba voces en su cabeza, las cuales le decían que hiciera cosas malas, él se supone que hacía esas cosas para que las voces que había en su cabeza se callasen, un día se levantó por la noche en su casa y se puso a darse cabezazos contra la pared, porque decía que se quería romper la cabeza para no volver a escucharlas. Su mujer estaba desquiciada ya que el hombre era muy normal hasta que le empezaron a ocurrir estas cosas de las voces. Marta, que era así como se llamaba la mujer de Joaquin estaba segura de que su marido en aquel manicomio iba a cambiar e iba a dejar de oír aquellas voces y podría volver a casa, con ella y sus dos hijos.
Pasaron tres años y Joaquin seguía igual, un día como otro cualquiera entró una mujer en el manicomio porque también oía voces que le decían cosas, esta mujer llamada Rebeca mató a su hijo recién nacido porque le decían las voces que como no lo matase iba a morir ella.
Un día estaban en el comedor y se sentaron al lado Joaquin y Rebeca, empezaron a hablar y a contarse porque estaban en aquel lugar, se dieron cuenta de que estaban por lo mismo, las voces. Empezaron a hacerse amigos, se llevaban genial hacían todo juntos,etc.
Un día Rebeca empezó a enfermar mucho y Joaquin fue a verla a la habitación 244, la de Rebeca; estaba allí en la cama, blanca como la leche y no podía casi ni hablar, las enfermeras echaron a Joaquin y el se fue  su habitación llorando. Empezó a oír las voces que hacía mucho tiempo que no escuchaba, le decían que tenía que matar a Rebeca para que no sufriera más, el se puso a gritar que le dejaran en paz, que el quería un montón a Rebeca, ya que era su mejor amiga y que nunca haría eso. Llegaron los enfermeros a la habitación de Joaquin, estaba corriendo por la habitación tirando los jarrones, cuadros y todo lo que se encontraba al suelo y rompiendo los cristales de la habitación.
Lo cogieron y lo ataron a la cama para que se tranquilizase y le pincharon un sedante.
Cuando pasaron 4 horas se despertó y se sentía frustrado porque pensaba que ya estaba curado y le había vuelto a pasar lo mismo de siempre.
A la semana se encontró a Rebeca en el comedor y fue corriendo a hablar con ella, pero estaba rara, no sonreía igual, tenía un brillo raro en los ojos, ya no eran esos ojos verdes de siempre, ella no le hablaba y el pensaba que había hecho algo malo.
Por la mañana le despertó una voz diciéndole "abre los ojos o te mataran" cuando los abrió estaba Rebeca en su habitación de pie al lado de su cama con un cuchillo grande de la cocina en la mano. Él se asustó y empezó a hablar con ella y se dió cuenta de que estaba poseída y no era Rebeca eran las voces que se le habían metido como un alma mientras ella dormía, Rebeca (que en realidad eran las voces) le empezó a decir que la tenía que matar, pero el no quería hacer eso. Pasó algo raro y Joaquin se quedó inconsciente por unos minutos, el también estaba poseído, no podía hablar por el mismo, decía cosas que no quería decir...
A la mañana siguiente fue una enfermera a la habitación de Joaquin y se encontró a los dos muertos y con una nota que ponía coge la grabadora y ponle la cinta que hay al lado, llamó a otros dos enfermeros y le dió a play y una voz rara decía "las voces si existen, ¿nunca os lo habíais planteado?" .

Llegó Marta la mujer de Joaquin y lloraba desconsoladamente al ver que su marido había muerto, ella termino volviéndose loca también y la tuvieron que llevar a un manicomio en Toledo, donde meses después murió con un cuchillo y donde le habían puesto en el brazo rajandole "eras la que faltaba, no te ibas a librar".

La historia de mi vida

Hola, me llamo Ghada soy una adolescente de 15 años, tengo 3 hermanos, 2 pequeños los cuales se quedaron en marruecos con mi tio Hamed, tuvimos que llevarlos allí ya que vinieron los jefes del ejercito de la guerra a nuestra casa y se los querían llevar a combatir, todos los niños que son mayores de 6 años y los ven que estan en una casa se los llevan en una furgoneta a enseñarles lo práctico para defenderse y que vayan a la guerra,pero a ellos los escondimos antes de que los vieran.

Yo logré pasar con mi madre y mi otro hermano mayor Mohamed. Nuestra vida en Siria era una horrible pesadilla, no teníamos dinero para comer, comprarnos ropa, ni medicinas... Lo más terrible era ver a mis hermanos pequeños cuando tenían hambre y ninguno podíamos hacer nada para darles de comer. Vivíamos en un choza, muy pequeña y antigua, hasta que un día echaron a mi madre del trabajo, trabajaba ayudando a coser guantes, era poco el sueldo que traía pero por lo menos podíamos alimentar a los pequeños de la casa. Mi padre cuando yo tenía 6 años nos tuvo que abandonar, ya que se tuvo que ir a trabajar con los militares, el siempre decía que volvería, pero nunca volvió. Yo estuve trabajando en los campos de Siria, ayudaba a los pocos campesinos que había a sacar sus cosechas adelante y ellos en recompensa, me daban una parte de las hortalizas que sacaban.
Fue muy difícil llegar a Melilla, tuvimos que venir en una barca y veníamos 68 personas, 4 de ellos se cayeron de la barca y se quedaron ahogados en el mar.
Cuando ya habíamos llegado quedaba también una de las partes difíciles, saltar la valla; había un montón de gente agarrada a ella, sujetándose como podían para no caerse, muchas de las personas que estaban allí tenían heridas por todas partes, en las rodillas, codos... Había una mujer con un niño colgado a la espalda que pedía socorro, todos queríamos ayudarla, pero si la ayudábamos a ella caíamos nosotros, me sujeté como pude, no se de donde saqué las fuerzas pero lo logré.

Yo quiero estudiar, solo quiero que acabe ya la guerra para volver a mi país, porque en este país me siento mal, me miran raro; yo solo quiero sentirme como una niña más.
Mi hermano Mohamed quiere estudiar medicina, y estar con nuestros hermanos, solo desea que acabe la guerra para volver a nuestro país e intentar mejorar nuestras condiciones de vida.