Yo logré pasar con mi madre y mi otro hermano mayor Mohamed. Nuestra vida en Siria era una horrible pesadilla, no teníamos dinero para comer, comprarnos ropa, ni medicinas... Lo más terrible era ver a mis hermanos pequeños cuando tenían hambre y ninguno podíamos hacer nada para darles de comer. Vivíamos en un choza, muy pequeña y antigua, hasta que un día echaron a mi madre del trabajo, trabajaba ayudando a coser guantes, era poco el sueldo que traía pero por lo menos podíamos alimentar a los pequeños de la casa. Mi padre cuando yo tenía 6 años nos tuvo que abandonar, ya que se tuvo que ir a trabajar con los militares, el siempre decía que volvería, pero nunca volvió. Yo estuve trabajando en los campos de Siria, ayudaba a los pocos campesinos que había a sacar sus cosechas adelante y ellos en recompensa, me daban una parte de las hortalizas que sacaban.
Fue muy difícil llegar a Melilla, tuvimos que venir en una barca y veníamos 68 personas, 4 de ellos se cayeron de la barca y se quedaron ahogados en el mar.
Cuando ya habíamos llegado quedaba también una de las partes difíciles, saltar la valla; había un montón de gente agarrada a ella, sujetándose como podían para no caerse, muchas de las personas que estaban allí tenían heridas por todas partes, en las rodillas, codos... Había una mujer con un niño colgado a la espalda que pedía socorro, todos queríamos ayudarla, pero si la ayudábamos a ella caíamos nosotros, me sujeté como pude, no se de donde saqué las fuerzas pero lo logré.
Yo quiero estudiar, solo quiero que acabe ya la guerra para volver a mi país, porque en este país me siento mal, me miran raro; yo solo quiero sentirme como una niña más.
Mi hermano Mohamed quiere estudiar medicina, y estar con nuestros hermanos, solo desea que acabe la guerra para volver a nuestro país e intentar mejorar nuestras condiciones de vida.
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