Dentro de ese libro hemos encontrado miles de historias, ya que este libro consta de 456 páginas escritas con pluma de tinta negra.
En la página 223 hemos encontrado una "anécdota" (como él las llamaba) bastante llamativa.
Ésta dice lo siguiente, el día 6 de marzo de 1889, un martes como otro cualquiera estaba Antonio trabajando en la editorial con sus compañeros, Enrique Gómez Carrillo y Pío Baroja; estaban los tres escribiendo como de costumbre cuando escucharon un ruido, Antonio iba a salir a la puerta cuando se dió cuenta de que había dos hombres encapuchados en el pasillo, vestidos de negro. Él intentó pedir ayuda pero antes de nada le echaron una sustancia en un papel y se la pusieron en la boca para que se durmiera y no pudiera decir nada, cuando se despertó estaba en el sótano del edificio de la editorial y aparecieron los dos hombres y le dijeron que no le querían hacer nada, solo querían que les diese los poemas que Antonio ya tenía hechos para poder hacerse pasar por escritores y hacer que habían sido ellos los que los habían escrito, y así poder ganar algo de dinero ya que se encontraban escasos. Él dijo que vale, que lo soltasen pero cuando se quisieron dar cuenta se había escapado, corrió calle alante con todos los papeles de sus poemas en las manos y muchos de los cuidadanos que estaban en la calle le ayudaron a huir de ellos.
Antonio logró despistarlos y fue a un refugio que había para escritores, era una pequeña biblioteca llena de libros y donde siempre había gente que iba a escribir y a olvidarse de los problemas. Estuvo metido allí hasta octubre que regresó a Madrid.
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