martes, 15 de marzo de 2016

Las niñas pérdidas

Erase una vez, una niña llamada Claudia, fue con sus padres y su hermana a Hawaii de vacaciones. Siempre había querido ir a ese lugar, llegaron y se instalaron en un hostal viejo, con habitaciones pequeñas y blancas y bastante acogedor.
Claudia se fue con su hermana María a investigar por la isla, salieron por la puerta de detrás de la habitación y llegaron a un bosque que se veía todo verde, lleno de flores de colores, como el arco iris; siguieron andando y encontraron unas piedras negras con formas distintas, que se habrían hecho solas con el tiempo.
Andando y andando llegaron a la playa, Claudia cuando la vió se emocionó un montón, ya que era la primera vez que estaba en una. Observó la arena fina y caliente y el mar azul como el cielo ya que el agua estaba clarita y se podía ver con facilidad, vieron peces de colores también. Claudia tenía ganas de meterse en el agua y se quedo pensando en si meterse o no, porque su hermana le dijo que no era buena idea porque el agua es peligrosa y sería mejor que se bañase cuando estuvieran sus padres. Pasó el tiempo y se hizo de noche, estaba todo oscuro, negro; no se distinguía el mar de el cielo ya que no había estrellas, solo la luna menguante que alumbraba poco. María decidió volver al hostal pero Claudia no quería irse sin bañarse en aquella playa cristalina, y así lo hizo se quitó la ropa poco a poco y se adentró en el agua chillando, ya que ésta se encontraba fría, María la esperaba sentada en la arena, se descuidó un momento y cuando volvió a mirar al mar no la vió, se puso muy nerviosa y comenzó a gritar "Claudia" "Claudia" pero nadie respondía, no sabía que hacer y fue a avisar a sus padres, cuando andaba entre las penumbras del bosque, al estar oscuro se resbaló y se cayó a un agujero que había bastante profundo en el suelo.
Los padres no encontraron a ninguna, solo la ropa de Claudia que estaba sobre la arena.
Nadie volvió a saber nada más de ellas...

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